Se hace camino al andar.....

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lunes, 7 de septiembre de 2020


No te preocupes, ocúpate…


 Vivimos un momento de cambio. A pesar de que llevamos años hablando de ello, ahora y fruto de las circunstancias, éste se precipita de forma repentina y poco previsible a raíz de la pandemia del Covid­_19. Esto nos lleva a una situación en la que hemos de adaptar nuestra vida y rutinas a nuevas formas de trabajar a las que no estamos acostumbrados. Todo ello produce inquietud, desconcierto y necesidad de analizar ésta nueva situación con el fin de sacar el mejor provecho de la misma. En este entorno y llegados a este punto debemos recordar una frase que seguro hemos escuchado en muchas ocasiones “La parálisis por el análisis”.



Esta situación preocupa, crea angustia, nos bloquea la mente y no nos permite reaccionar de forma ordenada. Dudamos y en nuestra inquietud nos atrincheramos en el análisis para no actuar. Esto nos impide pensar en nuestro siguiente paso que debe ser concentrarnos en la acción para resolver nuestro problema.
Un porcentaje elevado de nuestras preocupaciones acaban no ocurriendo nunca, son producto de nuestra aversión a abordarlos pensando que debemos seguir una y otra vez analizándolos.
No te preocupes, ocúpate, actúa y veras que el camino, aun siendo largo, también ofrece soluciones. El pasado es experiencia y el futuro está por llegar. Debemos concentrarnos en crearlo desde el presente. Tengamos en cuenta que hay dos cosas por las que no debemos preocuparnos: Por las que tienen solución y por las que no la tienen y actuemos en este contexto.
Lo que nos produce preocupación depende de los demás, del exterior y del entorno, mientras que ocuparnos es algo que nos pertenece a nosotros. Debe formar parte de nuestra agenda, porque forma parte de nuestra experiencia, de nuestras habilidades, capacidades y sobre todo de nuestra voluntad de desarrollar una actitud proactiva.
Cuando te ocupas, abordas la situación y estás eliminando la preocupación.  Pronto te darás cuenta que la preocupación no es parte de la solución, sino parte del problema.
Podemos emplear nuestra energía en preocuparnos sin más, o en ocuparnos de resolver. Con la segunda opción conseguiremos acercarnos a la posible solución. Seguro que en el camino aparecerán problemas, pero estos no son más que “oportunidades con espinas”