Se hace camino al andar.....

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miércoles, 23 de febrero de 2022

 

¿Cómo abordar nuestro estudio de mercado?

Siempre cuando hablamos de un estudio de mercado nos aparece la idea una encuesta. Es cierto que en algunos casos la encuesta forma parte del estudio de mercado, pero la realidad es que éste va mucho más lejos de lo que la encuesta da de si. Habitualmente el estudio de mercado nos hace contemplar todos los factores exógenos y endógenos que pueden llevarnos a decidir e implementar nuestro proyecto en un determinado momento, con unas características y exigencias adaptadas a la situación del mercado.




Al hacer nuestro estudio de mercado debemos tener en cuenta algunas cuestiones clave que son importantes y que muchas veces no valoramos. En la realidad de los profesionales de empresa ésta tarea se hace, o debería hacerse, de forma recurrente a lo largo de toda la vida de la empresa para tomar decisiones, pero en nuestro caso deberemos plantearlo como una metodología ordenada para tomar las mejores decisiones de implantación posible.

Vamos a empezar. Destacaremos las cuestiones más importantes que debemos tener en cuenta y los temas a los que deberemos dar respuesta con el fin de justificar la solidez del proyecto en su implantación y la captación de fortalezas y debilidades del mismo.

Aunque intentaremos seguir un orden en el estudio de los factores exógenos y seguidamente los endógenos, en la práctica se suelen abordar de forma desordenada según nos interese con el fin de ahorrar tiempo, siempre y cuando seamos capaces de responder de forma coherente la totalidad de las preguntas que formularemos.

En cuanto al entorno o factores exógenos deberemos respondernos las siguientes preguntas:

        ¿Es la situación social la adecuada para poner en marcha nuestra iniciativa? Se dan los elementos socio-culturales mínimos para poder desarrollar nuestra actividad de forma que el mercado pueda juzgar que la nuestra, puede estar entre una de sus prioridades en este momento.

        ¿La situación económica es la adecuada para poder plantear nuestra nueva actividad con posibilidades de éxito? Es importante tener en cuenta las necesidades del futuro cliente. Recordemos que lo importante no es vender, lo verdaderamente definitivo es que nos compren. Que volumen de mercado tenemos a disposición y que posibilidades tenemos de llegar a una parte relevante del mismo y por qué medios.

        ¿El entorno del mercado está preparado para nuestra propuesta? Es una necesidad lo suficiente mente amplia y aceptada como para recibir con agrado nuestra propuesta.

        ¿Estamos resolviendo una necesidad existente o estamos creándola nueva? Esta es una pregunta muy importante para plantear el posicionamiento de nuestra oferta. Aunque parezca lo mismo son situaciones que requieren tratamientos bien distintos.

  •     ¿En qué estado de desarrollo está nuestro mercado? Es incipiente o por el contrario está maduro. En ambos casos deberemos enfrentarnos a exigencias distintas desde el punto de vista empresarial.

Una vez hemos podido responder de forma detallada a todas estas cuestiones y tenemos centrado el entorno exógeno, vamos a trabajar con las variables endógenas situándonos en el seno de nuestra actividad:

        ¿Tenemos competencia? Lo habitual es decir que no la tenemos…. Pronto nos daremos cuenta que esta aseveración no es cierta. Si realmente existe la necesidad, es seguro que existe una forma, al menos parcial, de resolverla. Si no existe la necesidad, que también puede pasar, deberemos trabajar para crearla, y esto es habitualmente más difícil. No nos asustemos, esta situación también nos puede acercar al éxito.

        ¿Quién es nuestra competencia? Cuando hablamos de competencia no nos referimos a otros que hagan lo mismo que nosotros. Estamos refiriéndonos a los operadores que están ocupando total o parcialmente nuestro espacio comercial. No debemos dudar que reaccionarán. Deberemos conocerlos y será el momento de hacer prevalecer nuestra propuesta de valor.

        ¿Qué hacen ellos distinto de nosotros? Más tarde nos ocuparemos de que podemos hacer nosotros diferente de ellos. De momento conozcámoslo.

        ¿Cómo resuelve la competencia lo que nosotros debemos hacer? Nos dará una idea clara de donde tenemos aplicar conocimiento y talento para mejorar nuestra oferta.

        ¿Qué cosas podríamos copiar de la competencia? La competencia no es un enemigo, podemos aprender mucho de él. Si está en el mercado es porque ha sabido resolver muchas de las cuestiones que podemos aprovechar.

        ¿Cuáles son las cosas que creemos que la competencia no hace bien? En estás nos podremos diferenciar. Posiblemente serán espacios que podremos llenar con nuestra propuesta de valor.

  •  ¿Cuál es nuestro Acto de Fe? Llegados a este punto deberemos ver claro que nuestra propuesta de valor es adecuada para el mercado que nos planteamos ocupar.

Una vez conocemos cuales son las preguntas que hemos de plantearnos y sobre las cuales debemos conocer las respuestas, vamos a empezar a plantearnos la metodología de cómo vamos a hacerlo para obtener estas respuestas:

        ¿A quién hemos de preguntar? A poder ser al perfil de nuestro futuro cliente. A los conocedores de nuestro mercado en particular. Observar, puesto que la observación resuelve muchas dudas.

        ¿Quién debe preguntar? La mejor respuesta, la más completa y la más valiosa la obtendremos si preguntamos nosotros mismos. El error se esconde en los matices y muchas veces es más elocuente el silencio que las palabras. Estos dos puntos de una conversación no pueden delegarse.

        ¿Cómo debemos preguntar? Aunque se utiliza habitualmente, la encuesta no es la mejor herramienta. La conversación nos permite obtener mucha más información que las preguntas cerradas.

        ¿Qué tipo de cuestionario vamos a utilizar? En cada caso será diferente, pero deberemos confeccionarlo de forma que sea claro, inequívoco y sobre todo que sitúe la respuesta y quien la hace como protagonista, dando pequeñas dosis de información de nuestra propuesta de valor para interesar a quien nos responde. Una vez más escuchar y observar.

        ¿Qué preguntaremos? Lo que deseemos saber, sin circunloquios. No debemos confundir a quien nos regala su tiempo. Hagamos sentir al preguntado importante con sus respuestas, valorémoslas y hagámoselo notar. Hagamos una lista de lo que queremos saber. Preguntemos y seguro que mejorará su respuesta.

  • ¿Qué perfiles serán útiles para nuestro estudio de mercado? Hemos de tener en cuenta todos los que entran en nuestra cadena de valor. Nuestros clientes, los usuarios (clientes de nuestros clientes), conocedores del mercado y observadores informados. Los mejores detalles se obtienen de la conversación y la escucha activa.

Ahora ponte en marcha y recuerda:

“El error se esconde en los matices”

“Muchas veces es más elocuente el silencio que las palabras”


Lluis Godayol Gené CEO INpulsaempresa

Director del ON-Line Campus de emprendedores de INpulsaempresa 

 

jueves, 3 de febrero de 2022

 

¿Conocemos bien nuestro mercado?

 

Uno de los mayores retos al que nos enfrentamos cuando emprendemos es la adecuada valoración de nuestro mercado objetivo. No debemos olvidar que éste será el escenario en el que deberemos trabajar en el futuro. Su estudio nos servirá para tener un conocimiento del mismo y nos será muy útil en la toma de las siguientes decisiones.

Hay muchos y muy variados factores que caracterizan un entorno de mercado, la demografía, las regulaciones, los impuestos, las estructuras sociales y las de poder de determinados grupos que debemos conocer y evaluar para hacer una correcta valoración de sus posibilidades. Todo ello nos condicionará en el futuro y su desconocimiento o previa valoración puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Deberemos hacernos diversas preguntas, que a la postre convergen en una que debe acompañarnos en todo el planteamiento de nuestro trabajo “Por qué no lo ha hecho nadie antes que yo” Posiblemente nos demos cuenta que detrás de lo existente hay algunos condicionantes, y esto nos ayudará a enfocar mejor nuestra actuación.

Podemos empezar haciéndonos algunas preguntas, aunque no son las únicas, son las que nos llevarán por el camino de tomar las primeras decisiones:

        Como es de maduro el mercado.

        Características del mismo. Tamaño de las competencias.

        Tamaño del mismo. En Euros y en unidades

        Como está repartido entre los competidores actuales.

        Sensibilidad del mercado ante las nuevas ofertas.

        Nivel de necesidades del mercado en nuestro sector

        Costes conocidos para conseguir mercado o clientes.

        Capacidad de influencia en los precios.

Todo ello resulta tan importante como complejo de conocer. Deberemos hacer un examen de la realidad sin dejarnos influir por nuestro propio proyecto y al final de este análisis será cuando podremos proyectar nuestra propuesta de valor frente al resultado para valorarla.

Esto nos servirá para aprovechar al máximo las características del mercado y diferenciarnos del resto de competidores, así como empezar a pensar en nuestro modelo de negocio para entrar en el mercado.

No hay duda que es importante buscar mercados en crecimiento que potenciarán a su vez el crecimiento de nuestro proyecto y nos darán oportunidad de crecer sin incrementar exageradamente los gastos. Pero esta no debe ser una conclusión disuasoria. Nuestra fuerza está en la necesidad del cliente y la propuesta de valor que presentemos. Finalmente deberemos evaluar el perfil de nuestro cliente objetivo o consumidor, ya que la satisfacción de sus necesidades serán el motor de nuestras ventas.

Muchos proyectos empiezan subestimando esta tarea, ya sea por la seguridad que se tiene en el propio proyecto o por la dificultad que supone salir a la calle por primera vez y escuchar la opinión de quien deberá comprarnos. Debemos tener en cuenta por encima de todo que en la fase inicial de emprendimiento nuestro mejor inversor, será el cliente.

En el próximo post pondremos el foco en nuestro cliente como protagonista principal de nuestro proyecto. 

Si te ha gustado y quieres hacer algún comentario no dudes de hacerlo, estaremos encantados de seguir comentándolo.

Lluís Godayol Gené   CEO de INpulsaempresa

Director del On-Line CAMPUS de emprendedores de INpulsaempresa

 

miércoles, 26 de enero de 2022

 

Quiero emprender pero…. ¿Por dónde empiezo?

Ésta es una gran pregunta que acostumbramos hacernos. Sabemos que tenemos una idea, posiblemente la mejor que hayamos tenido nunca y queremos hacer plan de negocio para poder captar inversión.

Hemos empezado con nuestros ahorros, pero pronto nos damos cuenta que no nos dan para salir al mercado en condiciones y se nos plantea la pregunta ¿Cómo vamos a hacer todo éste trayecto sin los recursos necesarios? Aquí aparecen las primeras dudas.

¿Cómo deberemos hacer para resolverlas? Tenemos una idea que nos parece buena. Esto es importante para empezar, pero no lo es todo. Deberemos analizar nuestra situación frente a la idea y los condicionantes que se generarán durante el desarrollo de la misma.

En primer lugar, debemos tener claro dónde queremos llegar. Es muy posible que a lo largo del camino encontremos razones, algunas obligadas y otras como consecuencia del mercado, que nos hagan cambiar el rumbo. A estos cambios de rumbo les llamamos “pivotar”. La realidad es que en muy pocos proyectos la idea inicial se consolida como definitiva. En cualquier caso, deberemos tener claro nuestro objetivo para destinar nuestro esfuerzo para obtenerlo sin perdernos por el camino.

También debemos conocer lo que ofrecemos y porqué deberían comprarnos a nosotros y no a los demás. Algo diferencial que nos permita mejorar de forma clara al resto de oferta que existe en el mercado. A esto le denominaremos propuesta de valor y es lo que deberemos defender siempre de nuestro producto o servicio ante el mercado. Hacer más de lo mismo es el mejor camino para gastar tiempo y dinero inútilmente. Eso no quiere decir que debamos inventar nada. Podemos añadir valor de una forma tan sencilla como mejorar el rendimiento, facilitar el trabajo, facilitar su utilización o mejorar el rendimiento de lo existente en el mercado.

Una vez tengamos estos dos puntos definidos nos centraremos en conocer bien el entorno del mercado. Conocer las necesidades del futuro cliente y procurar que nuestra propuesta de valor sea adecuada para satisfacerle.

A partir de aquí, posiblemente pensemos que no hemos hecho nada, pero en realidad estamos enfocados en lo más importante del proyecto.

Podremos empezar a hablar con posibles usuarios de nuestra propuesta, escuchar y aprender. Nos encontramos en el primer peldaño activo del proyecto puesto que hasta aquí no ha habido más gasto que nuestro tiempo y esfuerzo.

Este paso será básicamente preguntar, preguntar y preguntar…… hasta tener completado el estudio del mercado.

En nuestro próximo post hablaremos de ello. 

Lluís Godayol  Gené, CEO de INpulsaempresa


Si tienes alguna consulta, comentario o podemos ayudarte no dudes en decirnoslo.


martes, 11 de enero de 2022

 

¿Mi idea va a resolver alguna necesidad ?

 Cualquier proyecto es fruto de una idea. Y es muy probable que estés trabajando en una que creas que es verdaderamente buena. Tendemos a pensar que nuestras ideas son impecables. Nos enamoramos de ellas y olvidamos a quien nos la va a comprar. Nuestro objetivo ahora será que éstas líneas sirvan para reflexionar sobre esta pregunta.



Para ello no entraremos en algo complejo como puede ser el plan de negocio. A pesar de todo vamos a trabajar con conceptos sencillos que debemos plantearnos al emprender. Éste es siempre un momento un tanto caótico en el que nos agobian muchas preguntas y a menudo nos hacen olvidar lo más importante, nuestro cliente. Al final será él quien nos dará o no su confianza y seguidamente los ingresos.

Lo primero que debemos hacer para saber si la idea es verdaderamente buena es valorar si soluciona algún problema que necesite ser resuelto. Si no es así, te recomendamos que sigas buscando. Piensa que en un entorno económico como el actual, hacer más de lo mismo no resulta casi nunca rentable.

Una vez lo tengas claro, no debes preocuparte de si su desarrollo actual es perfecto o todavía no. Las ideas perfectas no existen, lo que realmente existe son problemas que pueden ser resueltos. Si estás en el camino, serán los clientes los que te lo irán anunciando. No olvides que “la perfección es el peor enemigo de lo bueno” y que cuando se empieza, nuestro mejor consejero es nuestro cliente. Pregunta, pregunta y vuelve a preguntar hasta la extenuación, muy a menudo la mejor orientación nos viene de la calle.

Si, por el contrario, todavía no has encontrado la idea con la que te sientes a gusto y necesitas inspiración, empieza por ti mismo. Pregúntate que te gustaría encontrar en el mercado que todavía no existe. Empieza por éstas dos preguntas sencillas:

·         ¿Qué es lo que te me haría la vida más fácil?

·         ¿Qué estarías dispuesto a pagar por ello?

Empezar por uno mismo puede ser el camino más rápido para encontrar algo interesante. Todos tenemos necesidades insatisfechas que están próximas a nuestras habilidades y capacidades. En este momento no se trata de pensar en hacerse millonario. Si es bueno y aciertas, todo irá viniendo puesto que harás la vida más sencilla a los demás y esto acostumbra a tener premio.

El objetivo final de una nueva empresa de éxito, lejos de estar escondido detrás de acciones muy complicadas, alta tecnología o grandes inversiones, puedes encontrarlo proponiendo una mejor solución para algo por sencillo que esto sea. El cliente siempre debe estar en la primera fila de los intereses de tu empresa. Recuerda que las necesidades de tu cliente, son y serán siempre tu mejor inversor.