¿Cuánto vale mi Start-Up?
Esta es una de las principales
preguntas que nos hacemos todos los emprendedores cuando has empezado a hacer
el Plan de negocio y pensamos que con esto ya podemos ir a buscar un inversor. Sea
por la seguridad que tenemos en la validez
de la idea que hemos tenido o por urgencias de tipo económico y financiero
en el largo proceso de emprender tendemos a minimizar este problema.
La respuesta es “depende”. En
efecto depende de en qué fase estás y cómo vas de preparado para enfrentarte a
ella. Por eso es tan importante hacer un primer recorrido con tu idea antes de
hacerle frente a este reto.
Desde su comienzo una Start Up
puede incrementar su valor de forma progresiva si le vas agregando valor en
cada una de las etapas, desde la fase idea (viendo si hay alguna parte de la
idea que pueda ser objeto de algún tipo de registro), concepción (inversión en
desarrollo de la idea con horas de programadores, dominios, etc.), seed capital
(con las primeras aportaciones de capital de Family, Friends and Fools), pero
sobre todo cuando tu producto o servicio está en la calle y generas las
primeras ventas y los primeros contactos comerciales.
En primer
lugar, cuidado, las ideas como tales no son registrables. En cuanto los
elementos a tener en cuenta en las fases iniciales para valorar tu StartUp,
están entre otros, los propios Fundadores (su experiencia, formación… su
solidez), el potencial en el mercado, la competencia, la calidad del Business
Plan trabajado, los acuerdos para-sociales, etc. Todo ayuda para que en esta
fase inicial, en la que el inversor tiene escasos o nulos criterios objetivos,
apueste por el proyecto.
Esto nos lleva a pensar que el
tema de la valoración al emprender es un tanto subjetivo. Si no hay inversores
ya interesados en la empresa y por el momento el Cash Flow es 0, ¿cómo calculas
el valor de la empresa? ¿Cuánto vale una cuota de mercado de “clientes” que no
pagan por tu servicio?
Efectivamente, cuanto más temprana
sea la fase en la que desees valorar tu StartUp, los criterios serán más
subjetivos. Más adelante, podrá haber criterios objetivos como la facturación o
el número de visitas, pero inicialmente deberán ser mucho más subjetivos y
habrá que recurrir a criterios como el equipo implicado en el proyecto, el
cumplimiento de las fases desarrolladas en el business plan, la inexistencia en
el mercado de un producto/servicio igual, lo innovador del proyecto y todo
aquello a lo que la imaginación tenga acceso y llegue al corazón del inversor.
Lluis Godayol Gené
INpulsaempresa
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