Uno de los mayores retos al que nos enfrentamos cuando emprendemos es la adecuada valoración de nuestro mercado objetivo. No debemos olvidar que éste será el escenario en el que deberemos trabajar en el futuro. Su estudio nos servirá para tener un conocimiento del mismo y nos será muy útil en la toma de las siguientes decisiones.
Hay muchos y muy variados factores que caracterizan un entorno de
mercado, la demografía, las regulaciones, los impuestos, las estructuras
sociales y las de poder de determinados grupos que debemos conocer y evaluar para
hacer una correcta valoración de sus posibilidades. Todo ello nos condicionará
en el futuro y su desconocimiento o previa valoración puede ser la diferencia
entre el éxito y el fracaso.
Deberemos hacernos diversas preguntas, que a la postre convergen en
una que debe acompañarnos en todo el planteamiento de nuestro trabajo “Por qué
no lo ha hecho nadie antes que yo” Posiblemente nos demos cuenta que detrás de
lo existente hay algunos condicionantes, y esto nos ayudará a enfocar mejor
nuestra actuación.
Podemos empezar haciéndonos algunas preguntas, aunque no son las únicas,
son las que nos llevarán por el camino de tomar las primeras decisiones:
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Como es de maduro el mercado.
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Características del mismo. Tamaño de las competencias.
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Tamaño del mismo. En Euros y en unidades
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Como está repartido entre los competidores actuales.
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Sensibilidad del mercado ante las nuevas ofertas.
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Nivel de necesidades del mercado en nuestro sector
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Costes conocidos para conseguir mercado o clientes.
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Capacidad de influencia en los precios.
Todo ello resulta tan importante como complejo de conocer. Deberemos
hacer un examen de la realidad sin dejarnos influir por nuestro propio proyecto
y al final de este análisis será cuando podremos proyectar nuestra propuesta de valor frente al resultado para valorarla.
Esto nos servirá para aprovechar al máximo las características del
mercado y diferenciarnos del resto de competidores, así como empezar a pensar
en nuestro modelo de negocio para entrar en el mercado.
No hay duda que es importante buscar mercados en crecimiento que
potenciarán a su vez el crecimiento de nuestro proyecto y nos darán oportunidad
de crecer sin incrementar exageradamente los gastos. Pero esta no debe ser una
conclusión disuasoria. Nuestra fuerza está en la necesidad del cliente y la propuesta
de valor que presentemos. Finalmente deberemos evaluar el perfil de nuestro
cliente objetivo o consumidor, ya que la satisfacción de sus necesidades serán
el motor de nuestras ventas.
Muchos proyectos empiezan subestimando esta tarea, ya sea por la
seguridad que se tiene en el propio proyecto o por la dificultad que supone
salir a la calle por primera vez y escuchar la opinión de quien deberá
comprarnos. Debemos tener en cuenta por encima de todo que en la fase inicial
de emprendimiento nuestro mejor inversor, será el cliente.
En el próximo post pondremos el foco en nuestro cliente como
protagonista principal de nuestro proyecto.
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hacerlo, estaremos encantados de seguir comentándolo.
Lluís Godayol Gené CEO de
INpulsaempresa
Director del On-Line
CAMPUS de emprendedores de INpulsaempresa
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