Que debemos preguntar para hacer nuestro
estudio de mercado con éxito
Siempre cuando hablamos de un estudio de mercado nos aparece la
idea de la relación de una encuesta. Es cierto que en algunos casos la encuesta
forma parte del estudio de mercado, pero la realidad es que éste va mucho más
lejos de lo que da de sí una encuesta. Habitualmente el estudio de mercado nos
hace contemplar todos los factores exógenos y endógenos que pueden llevarnos a
decidir e implementar nuestro proyecto en un determinado momento, con unas
determinadas características y exigencias para adaptarlo a la situación del
mercado.
Al hacer nuestro estudio
de mercado debemos tener en cuenta algunas cuestiones clave que son importantes
y que muchas veces no tenemos en cuenta. En la realidad de los profesionales de
empresa ésta tarea se hace, o debería hacerse, de forma recurrente a lo largo
de toda la vida de la empresa con el fin de tomar decisiones, pero en nuestro
caso deberemos plantearlo como una metodología ordenada con el fin de cubrir
todos los aspectos del estudio para tomar las mejores decisiones de
implantación posible.
Vamos a empezar. Tal como hemos podido ver en la lectura
dedicada a como se realiza un estudio de mercado y siguiendo un proceso
práctico de trabajo, vamos a destacar las cuestiones más importantes que
debemos tener en cuenta y los temas a
los que deberemos dar respuesta con el fin de justificar la solidez del
proyecto en su implantación y la captación de fortalezas y debilidades del
mismo.
Aunque intentaremos seguir un orden que corresponda a los
factores exógenos y seguidamente los endógenos con el fin de hacerlo
ordenadamente, en la práctica e pueden abordar de forma desordenada según nos
interese con el fin de ahorrar tiempo, siempre y cuando seamos capaces de responder
de forma coherente todas y cada una de las preguntas que formularemos.
En cuanto al entorno o factores exógenos deberemos respondernos
las siguientes preguntas:
·
¿Es la situación social
la adecuada para poner en marcha nuestra iniciativa? Se dan los elementos
socio-culturales mínimos para poder desarrollar nuestra actividad de forma que
el mercado pueda juzgar que la nuestra puede estar entre una de sus prioridades
en este momento.
·
¿La situación económica
es la adecuada para poder plantear nuestra nueva actividad con posibilidades de
éxito? Es importante tener en cuenta las necesidades del futuro
cliente. Recordemos que lo importante no es vender, lo verdaderamente
definitivo es que nos compren. Que volumen de mercado tenemos a disposición y
que posibilidades tenemos de llegar a todo el mismo y por qué medios.
·
¿El entorno del mercado
está preparado para nuestra propuesta? Es una necesidad lo suficiente mente amplia y aceptada como
para recibir con agrado nuestra propuesta.
·
¿Estamos resolviendo una
necesidad existente o estamos creándola nueva? Esta es una pregunta
muy importante para plantear el posicionamiento de nuestra oferta.
·
¿En qué estado está el
desarrollo de nuestro mercado?. Es incipiente ó por el contrario es maduro. En ambos casos
deberemos enfrentarnos a diferentes exigencias desde el punto de vista
empresarial.
Una vez hemos podido responder de forma detallada a todas estas
cuestiones y tenemos centrado el entorno exógeno, vamos a trabajar con las
variables endógenas situándonos en el seno de nuestra actividad:
·
¿Tenemos competencia? Lo habitual es decir que
no la tenemos….. Pronto nos daremos cuenta que esta aseveración no es cierta.
Si realmente existe la necesidad, es muy seguro que existe una forma, al menos
parcial, de resolverla. Si no existe la necesidad nos será mucho más difícil
introducirnos creándola.
·
¿Quién es nuestra
competencia? Cuando hablamos de competencia no nos referimos a otros que
hagan lo mismo que nosotros. Estamos refiriéndonos a los operadores que están
ocupando total o parcialmente nuestro espacio comercial. No debemos dudar que
reaccionarán. Será el momento deberemos hacer prevalecer nuestra propuesta de
valor.
·
¿Qué hacen éstos
distinto de nosotros? Más tarde nos ocuparemos de que podemos hacer nosotros deferente
de ellos.
·
¿Cómo resuelve la
competencia lo que nosotros debemos hacer? Nos dará una idea clara de donde tenemos aplicar conocimiento y
talento para mejorar nuestra oferta.
·
¿Qué cosas podríamos
copiar de la competencia? La competencia no es un enemigo, podemos aprender mucho de él.
Si está en el mercado es porque ha sabido resolver muchas de las cuestiones que
podemos aprovechar.
·
¿Cuáles son las cosas
que creemos que la competencia no hace bien? En estás nos podremos diferenciar. Posiblemente serán espacios
que podremos llenar con nuestra propuesta de valor.
·
¿Cuál es nuestro Acto de
Fe? Llegados a este punto deberemos ver claro que nuestra propuesta
de valor es adecuada para el mercado que nos planteamos ocupar.
Una vez conocemos cuales son las preguntas que hemos de
plantearnos y sobre las cuales debemos conocer las respuestas, vamos a tener
que empezar a plantearnos la metodología de cómo vamos a hacerlo para obtener
estas respuestas:
·
¿A quién hemos de
preguntar? A poder ser a nuestro futuro cliente. A los conocedores del
mercado o de nuestro mercado en particular. Observar, puesto que la observación
resuelve muchas dudas.
·
¿Quién debe preguntar? La mejor respuesta, la
más completa y la más aclaradora la obtendremos si preguntamos nosotros mismos.
El error se esconde en los matices y muchas veces es más elocuente el silencio
que las palabras. Estos dos puntos de una conversación no pueden delegarse.
·
¿Cómo debemos preguntar? Aunque se utiliza, la
encuesta no es la mejor herramienta. La conversación nos permite obtener mucha más
información que las preguntas cerradas.
·
¿Qué tipo de
cuestionario vamos a utilizar? En cada caso será distinto pero sin duda deberemos
confeccionarlo de forma que sea claro, inequívoco y sobre todo que ponga la
respuesta y quien las hace como protagonista, dando pequeñas dosis de
información de nuestra propuesta de valor para interesar a quien responde. Una
vez más escuchar y observar.
·
¿Qué preguntaremos? Lo que deseemos saber,
sin circunloquios. No debemos confundir a quien nos regala su tiempo. Haz
sentir al cliente importante con sus respuestas, valóralas y házselo notar.
Hagamos una lista de lo que queremos saber. Pregunta a tu posible cliente que
quiere saber él. Seguro que mejorará su respuesta.
·
¿Qué perfiles serán
útiles para nuestro estudio de mercado? Hemos de tener en cuenta todos los que entran en nuestra cadena
de valor. Nuestros clientes, los usuarios (clientes de nuestros clientes),
conocedores del mercado y observadores informados. Los mejores detalles se
obtienen de la conversación y la escucha activa.
Ahora ponte en marcha y recuerda:
“El error se esconde en los matices”
“Muchas veces es más elocuente el
silencio que las palabras”
Post realizado por Lluis godayol Gené CEO www.inpulsa.eu
No hay comentarios:
Publicar un comentario