Una constante común al emprender es la escasez de recursos de que se disponen para poner en funcionamiento el proyecto. Lo que denominamos el “valle de la muerte”, que va desde el inicio de la puesta en práctica de la idea a la primera factura o a la inversión, ya que éste es el espacio de tiempo más temido porqué puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
No hay duda de
que la puesta en marcha de un nuevo negocio, además de depender de la idea, está sujeto a la cantidad
de recursos de que dispongamos. Por ello deseamos plantear algunas soluciones.
Hay veces que optamos por prescindir de personal especializado necesario, si no
podemos disponer de él en el propio equipo y a riesgo. En otros lo sustituimos
por perfiles en outsourcing a la espera de disponer del capital para poder
internalizarlos.
En éste caso no hay ideas
buenas ni malas. La idea por excelencia debería ser configurar un equipo
potente a riesgo para asegurar un buen lanzamiento del proyecto. La respuesta
fácil es decirnos: ¡Conseguir esto no es fácil!
Hagamos pues una primera
reflexión. Debemos tener en cuenta que conseguir compañeros para nuestra
aventura es la “primera venta” que deberemos hacer en nuestra futura empresa.
Difícilmente conseguiremos nuestro propósito en el mercado si no somos capaces
de “enamorar” a alguien que, además tendrá la expectativa de ganar dinero con
ello.
A pesar de todo ello podemos
dar otras orientaciones que servirán para resolver éste y algunas otras dudas
que te surgirán:
· Piensa en grande: Antes necesitábamos una estructura muy pesada para dar forma un negocio y atender a nuestros posibles clientes desde el primer día. Ahora la tecnología e Internet nos ofrecen posibilidades para visibilizarnos, globalizar y por ende conseguir nuevos clientes. Según como sea nuestro modelo de negocio, no necesitaremos ni tan solo una estructura física para empezar. La tecnología permitirá relacionarnos on-line a nivel local e internacional y realizar las mismas acciones promocionales que haríamos con una estructura física. Planifiquémoslo y veremos que es posible.
· Ofrece Servicios y no productos Esto nos facilitará trabajar con recursos limitados. Los servicios son por definición tendentes al coste variable y esto nos beneficiará. Debemos fijarnos que las empresas de Outsourcing que habitualmente utilizamos siguen este modelo y ya son tendencia. Investiga que necesita el cliente y dáselo.
· Utiliza la tecnología y aprovéchala en tu beneficio. La Tecnología ofrece muchos canales de comunicación y divulgación con la posibilidad de que los aprovechemos con un coste muy bajo o incluso gratuitos. Aprovecha las redes. No caigas en el error de pensar que lo son todo, pero pueden ayudarte si sabes aprovecharlas. Define objetivos.
· Hay tiempo de pensar en Beneficios, pensemos en desarrollo. Reinvierte. Esto te potenciara los flujos de trabajo y te ayudara a crecer por sí solo. Invierte.
· Tu mejor inversor son
tus clientes. Recuérdalo
siempre i cuídalos. Ponlos en el centro de tu proyecto porque son la razón
principal de tu empresa y siempre serán el centro de toda tu historia
empresarial. Escúchales, conóceles y no olvides nunca hablar con ellos. Son
precisamente ellos los que nos darán las mejores ideas.
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