Se hace camino al andar.....

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viernes, 4 de diciembre de 2020

 

¿Generando ideas de negocio?

La generación de ideas para crear nuevos conceptos de negocio no es algo banal, bebe realizarse mediante el desarrollo y la visualización de la necesidad, situada en el espacio y  tiempo en función del producto o servicio que estamos considerando.

Ésta debería ser una competencia muy apreciada en la actualidad, no solo al emprender sino también en el intraemprendimiento empresarial. Muchas empresas precisan de ella para reinventar su modelo de negocio y adaptarlo a nuevas necesidades y debería ser parte de la formación del capital humano en todos los programas educativos. 

Desarrollándola podemos crear ideas innovadoras, mejorar productos o servicios existentes en una empresa y diseñar procesos y estrategias más competitivas e innovadoras.

En este punto deberemos considerar los elementos claves de la creatividad. Uno de ellos que a menudo se repite es: “un emprendimiento en solitario muy difícilmente tendrá éxito”. El emprendimiento y la reinvención de modelos de negocio se construye en equipo y difícilmente se logra a través de una única opinión.

Tener perspectivas diversas del mismo problema es enriquecedor y aumenta las posibilidades de crear una propuesta de valor atractiva y plural.

Veamos cómo debemos hacerlo para mejorar el proceso:

1.    El trabajo en grupo produce múltiples visiones del problema y anima a su resolución mediante la aportación nuevas ideas. Todas ellas pueden ser debatidas, seleccionando las que nos ofrezcan un mejor desarrollo hacia el resultado.

2.    Cada una de ellas puede ser complementaria a las demás propuestas, el conjunto de las mismas puede ser el resultado adecuado para la solución del problema.

3.    Intentar no desperdiciar ninguna de las propuestas
. Criticar cualquiera de ellas perjudica al propio proceso y a la búsqueda de la solución.

 En este punto y después de haberlo trabajado concienzudamente deberemos darnos cuenta de que la idea es el inicio de la solución, pero su consecución es su adaptación a un mercado diverso que tiene un concepto plural de la misma.  

jueves, 12 de noviembre de 2020

 

5 claves para reinventarte emprendiendo

en tiempos de crisis

 

 ¿Cómo podría reinventarme y emprender a través de mis habilidades y mi producto o servicio? Ahora es un buen momento para meditarlo. Dale una ojeada a estos cinco puntos que te presentamos a continuación, seguro que ellos te pueden inspirar.

1-   Las crisis producen cambios y estos generan oportunidades si sabemos leerlos de forma adecuada y con la mirada puesta en las necesidades del consumidor. Cuando hayas sopesado tu idea y estés convencido del camino que quieres emprender, no dudes más y actúa. Recuerda que te arrepentirás más de lo que no hiciste que de lo que circunstancialmente no funciono.

2-    Arriésgate. No valen las medias tintas, pero se reflexivo Huye de los convencionalismos de tu sector Busca modelos diferentes y mejores de hacer las cosas. Plantéatelo todo, porque la simple forma de presentar algo, lo puede convertir en una cosa distinta y mejorada. Para hacer lo mismo que hacen otros no vale la pena empezar un nuevo camino. Ofrece algo nuevo, que cubra una nueva necesidad, aunque sea complementario Algo por lo que te puedan conocer y te puedan elegir.

3-   Apóyate en tus fortalezas Analiza bien tu situación. Profundiza en lo que te sientas seguro y dispongas de habilidades. Utiliza esta seguridad para hacer frente a las amenazas y aprovecha las oportunidades para minimizar las debilidades que puedas tener.

4-   Piensa en tus clientes. Crea soluciones más que productos o servicios. El consumidor se dará cuenta de que dan respuesta a necesidades latentes. El cliente compra algo porque busca una solución. Se imaginativo y dale mejores soluciones de las que él espera.

5-   El diseño y la usabilidad de los productos o servicios juega un papel muy importante. Hagas lo que hagas, que sea atractivo y fácil de usar. Es muy importante la forma con la que las personas interactúan con él. En la actualidad éste es un factor diferencial en muchas categorías de productos

Editado por INpulsaempresa    inpulsa@inpulsa.eu

jueves, 29 de octubre de 2020

 

Como voy a empezar mi modelo de Negocio


Algo que siempre nos preguntamos cuando iniciamos un proyecto es por dónde vamos a empezar. Es la misma sensación que se siente al ponernos delante de un papel en blanco para hacer un dibujo. Deberemos hacer un plan
de negocio, pero es poco concreto. Entonces descubrimos que se trata de iniciarlo haciendo un modelo de negocio, que por sus características justifique la razón de la nueva iniciativa.

Hagamos lo que hagamos deberá ser algo diferente de lo existente. En caso contrario partiremos con la desventaja de competir con lo consolidado en el mercado, lo que nos debilitará las posibilidades de éxito de nuestra iniciativa. Por fin podemos darnos cuenta de por donde hemos de empezar.

Llegados a este punto hay diversas formas de enfocar nuestro modelo y una de ellas me parece especialmente sencilla y explicativa. No se trata de volver a “inventar la rueda”, sino de aprovechar todas las enseñanzas que ya nos está dando el mercado.



Consta de tres grandes partes en las que deberemos reflexionar y decidir:

1.    Aspectos en los que copiar a otros operadores de nuestro mercado. Empezar desde cero es muy difícil. Siempre que podamos debemos evitar hacerlo. Será bueno aprovechar las experiencias de otros que antes que nosotros se han enfrentado a las mismas preguntas e imitar algunas de las acciones que, a nuestro juicio y vista la experiencia, han hecho bien los demás. En ningún caso es copiar a ciegas, ya que se trata de aprovechar la experiencia de cuestiones que ya han sido testadas.

2.    Evitar actuaciones en las que otros operadores no han salido bien parados. Incluso las mejores empresas cometen errores. Las ideas pueden ser muy buenas pero los procesos que utilizamos para validarlas y acercarnos al mercado pueden no ser acertados y nos dejan una enseñanza muy valiosa para aprovecharla. Acostumbra a ser una fuente de inspiración muy importante para iniciar el proceso de diferenciarse de los demás.

3.    Abordar lo que llamaremos “actos de fe”. Hasta aquí hemos estado trabajando sobre las observaciones de la realidad, sobre las que hemos tomado decisiones. Ahora nos viene la parte final, hemos de afrontar “nuestra aportación”. La característica que de verdad nos hará diferentes y que será el resultado del desarrollo de nuestra idea. Éste será el factor principal de nuestro éxito y por supuesto es la incógnita de la que dependerá el resultado de todo nuestro proyecto.

Estos tres puntos nos van a guiar por los primeros pasos de nuestro modelo de negocio y nos permitirán construir nuestra realidad a partir de conocer el entorno en el que trabajaremos, conocer bien las necesidades del cliente al que queremos dirigirnos, dibujar nuestra estructura para obtener el máximo rendimiento en el mínimo tiempo y sobre todo, disponer de un proceso de trabajo adecuado para plantear nuestro proyecto.

Si queréis saber más os recomiendo el libro “Generando Modelos de negocio” de John Mullins, Randy Komisar. de PROFIT Editorial

Editado por INpulsaempresa    inpulsa@inpulsa.eu

 

lunes, 7 de septiembre de 2020


No te preocupes, ocúpate…


 Vivimos un momento de cambio. A pesar de que llevamos años hablando de ello, ahora y fruto de las circunstancias, éste se precipita de forma repentina y poco previsible a raíz de la pandemia del Covid­_19. Esto nos lleva a una situación en la que hemos de adaptar nuestra vida y rutinas a nuevas formas de trabajar a las que no estamos acostumbrados. Todo ello produce inquietud, desconcierto y necesidad de analizar ésta nueva situación con el fin de sacar el mejor provecho de la misma. En este entorno y llegados a este punto debemos recordar una frase que seguro hemos escuchado en muchas ocasiones “La parálisis por el análisis”.



Esta situación preocupa, crea angustia, nos bloquea la mente y no nos permite reaccionar de forma ordenada. Dudamos y en nuestra inquietud nos atrincheramos en el análisis para no actuar. Esto nos impide pensar en nuestro siguiente paso que debe ser concentrarnos en la acción para resolver nuestro problema.
Un porcentaje elevado de nuestras preocupaciones acaban no ocurriendo nunca, son producto de nuestra aversión a abordarlos pensando que debemos seguir una y otra vez analizándolos.
No te preocupes, ocúpate, actúa y veras que el camino, aun siendo largo, también ofrece soluciones. El pasado es experiencia y el futuro está por llegar. Debemos concentrarnos en crearlo desde el presente. Tengamos en cuenta que hay dos cosas por las que no debemos preocuparnos: Por las que tienen solución y por las que no la tienen y actuemos en este contexto.
Lo que nos produce preocupación depende de los demás, del exterior y del entorno, mientras que ocuparnos es algo que nos pertenece a nosotros. Debe formar parte de nuestra agenda, porque forma parte de nuestra experiencia, de nuestras habilidades, capacidades y sobre todo de nuestra voluntad de desarrollar una actitud proactiva.
Cuando te ocupas, abordas la situación y estás eliminando la preocupación.  Pronto te darás cuenta que la preocupación no es parte de la solución, sino parte del problema.
Podemos emplear nuestra energía en preocuparnos sin más, o en ocuparnos de resolver. Con la segunda opción conseguiremos acercarnos a la posible solución. Seguro que en el camino aparecerán problemas, pero estos no son más que “oportunidades con espinas”

martes, 21 de julio de 2020


Todo empieza con una idea que debe resolver algún problema

Podemos asegurar que todo proyecto, Start-Up o empresa que podamos conocer han nacido a partir de una idea. También es muy posible que ahora estés trabajando en una que crees que es buena. Esta afirmación no es extraña, todos tendemos a pensar que nuestras ideas son las mejores. Nos enamoramos de la idea y dejamos de pensar en quien nos la deberá comprar.
Nuestro objetivo con éstas reflexiones es que te sirvan para poder valorar tu proyecto, con el fin de convertirlo en una futura actividad empresarial.

En estas líneas no entraremos en algo complicado como puede ser un plan de negocio. Vamos a ver cosas sencillas que debemos plantearnos cuando empezamos a pensar en emprender. Este es un momento complejo y un tanto caótico en el que nos agobian muchas cosas y a menudo nos hacen olvidar lo más importante, el cliente. Éste será al final quien nos dará o no su confianza y seguidamente la facturación.

Lo primero que debes hacer para saber si la idea es buena o mala es saber si soluciona algún problema que necesite ser resuelto. Si no es así, te recomendamos que sigas buscando. Ideas aparecen muchas, la mayoría las descartamos. Piensa que en un entorno económico como el actual, hacer más de lo mismo no resulta casi nunca rentable.

Una vez la tengas clara, no tienes que preocuparte si su desarrollo actual es perfecto o todavía no. Las ideas perfectas no existen, lo que realmente existen son problemas que pueden ser resueltos. Si estás en el camino, serán los clientes los que te lo irán diciendo. No olvides que “la perfección es el peor enemigo de lo bueno” y que cuando se empieza nuestro mejor consejero es nuestro posible cliente. Pregunta, pregunta y vuelve a preguntar hasta la extenuación, muy a menudo la mejor orientación nos la da la calle.

Si, por el contrario, todavía no has encontrado la idea con la que te sientes a gusto y necesitas inspiración, empieza por ti. Pregúntate que servicio o producto te gustaría que existiese y no lo encuentras todavía, empezando por éstas dos preguntas sencillas:
·         ¿Qué es lo que te haría a ti la vida más fácil?
·         ¿Qué es lo que estarías dispuesto a pagar por ello?

Empezar por uno mismo a menudo puede ser el camino más rápido para encontrar algo interesante. Todos tenemos necesidades insatisfechas que pueden situarse próximas a nuestras habilidades y capacidades. En este momento del proyecto no se trata de pensar en hacerse millonario. Si es bueno y aciertas, todo irá viniendo puesto que habrás hecho la vida más sencilla a los demás y esto acostumbra a tener premio.

El objetivo de una nueva empresa lejos de estar escondido detrás de opciones muy complicadas, alta tecnología o grandes inversiones, puedes encontrarlo en acertar una mejor solución alguna cosa por sencilla que esta sea. El cliente siempre está en la primera fila de los intereses de tu empresa. Recuerda que las necesidades de tu cliente, son y serán siempre tu mejor inversor.

sábado, 11 de julio de 2020


La información y la infoxicación


En un momento en el que tenemos tanta información y por tantos medios, és fácil confundirla con el conocimiento. Debemos seleccionar bien la fuente, el contenido y el objetivo por la cual ha sido recabada. De lo contrario podemos disponer de muchos datos, pero dificilmente aplicables a nuestro proyecto Este gráfico quiere indicarnos de forma muy sencilla cual es la sutil diferencia entre ambas cosas. 


La información será útil mientras no nos lleve a un universo caótico por exceso de datos inasumibles. El conocimiento es la interrelación organizada de la información con el objetivo de obtener ciertos fines o cumplir con un objetivo.

martes, 7 de julio de 2020

LA PROPUESTA DE VALOR


A menudo nos preguntan emprendedores de todos los sectores que deben hacer para obtener el éxito en el desarrollo de su proyecto.

Por supuesto la respuesta no es simple porque el éxito es el resultado de multiples factores alineados en una dirección adecuada, pero donde seguro que debemos poner énfasis y tener muy bien definida es la propuesta de valor que en cada caso ofrecemos a nuestro cliente.






Hoy no vale hacer "mas de lo mismo" y esperar que nos compren. Fijémonos en el final de ésta última frase "esperar que nos compren". En el siglo XX1 tiene mucha más importancia la voluntad del cliente de comprar que nuestra intención, a veces obstinación, de vender. Por eso nuestra propuesta de valor ha de ser DIFERENTE.

lunes, 29 de junio de 2020


8 recomendaciones para emprender sin inversión inicial

Hoy vamos a hablar del “bootstrapping”, bocablo inglés que significa "sin ayuda de nadie."  En la pràctica emprendedora és algo a si como crear e iniciar un negocio sin tener que destinar una inversión inicial, construyendo algo con valor para el cliente, con el minimo riesgo y aumentando las posibilidades de supervivencia. Así que, si quieres empezar desde cero y no quieres complicarte la vida, estas ocho recomendaciones te valdrán para conseguirlo:

1. Validar tu idea de negocio
T
e aconsejamos que preguntes sobre la viabilidad de tu proyecto a tus clientes potenciales, a alguien que ha vivido una experiencia similar a la tuya o a aquellas personas que sabes que no tienen interés en el éxito o el fracaso de tu negocio. para ello antes deberás tener una idea de negocio centrada y muy bien razonada.




2.- Haz algo distinto   
No hay quien pueda levantar algo nuevo haciendo lo mismo que los demás. No se trata de inventar, se trata de  aportar valor y que el cliente pueda reconocerlo.

3.- Tu bien más preciado es el tiempo                                                                
No lo malgastes dudando y rodéate de la gente que te pueda aportar valor mejor que opinión. La opinión si te favorece, te impide reflexionar y si te es desfavorable puede llevarte al desanimo innecesariamente

4. Define claramente quien serán tus clientes
¿Quiénes son? ¿Dónde están? ¿Cómo los conseguiré? Estas son las primeras preguntas que debes plantearte y con las que tienes que invertir más tiempo para asegurarse de que tu producto o servicio supera las expectativas de quienes deberán comprártelo. Si lo logras, los propios clientes se convertirán en embajadores de su marca.

5. Tu zona de peligro es la velocidad en el desarrollo del producto
Lo 
más común antes de iniciar un negocio es obsesionarse con la necesidad del dinero. En realidad este no es el punto más relevante para la mayoría de las Start-ups. Al contrario de lo que se cree, teniendo un montón de dinero puedes hacer actuaciones que comprometen seriamente la estrategia de negocio.

6. Pensar en reinvertir sucesivamente en el negocio
Tienes que tener paciencia y reinvertir los beneficios en su puesta en marcha inicial. Uno de los aspectos más difíciles de abordar en una empresa es estar constantemente preocupado por la financiación. La escasez no es sólo una buena compañía a la hora de innovar en el proyecto, sino que bien administrada nos ayudará a ser más productivos. Los bootstrappers son empresarios que están dispuestos a invertir el 200% más de tiempo que los demás.

7. Se deberá definir una campaña de Marketing cuando antes
Es vital que des a conocer tu proyecto a los clientes potenciales antes de lanzar el producto o servicio, así le vas a crear expectativas. En resumen, lograrás que en vez de venderles te compren. Lo que los convertia en tus mejores inversores.

8. Busca uno o varios socios (partners) para compartir tu camino
Es muy importante tener a alguien para intercambiar ideas a medida que avanza el proyecto. Pueden compartir tu mismo interes en el sector y pueden reforzar o incluso potenciar economicamente tu estrategia. A demas, si no tienes un cofundador, puedes apoyarte en consejeros o mentores.

En resumen, la mayoría de las Start-ups puede empezar su carrera sin inversión inicial. Pero es muy importante diseñar una estrategia de negocio basada especialmente en los clientes. No olvidemos que ellos son nuestros mejores inversores, los que validan nuestra estrategia y los que nos acercan a la capitalización de la empres


lunes, 22 de junio de 2020

Ante el reto de formar un equipo para emprender


El primer gran reto que observamos cuando nos enfrentamos  al emprender un nuevo proyecto es siempre el de construir un equipo que nos facilite el desarrollarlo de forma adecuada y sostenible. Los primeros meses y aun diría años de una compañía son difíciles porque se precisa de conocimiento, habilidades, capacidad y talento  para sortear los problema de la puesta en marcha y la consolidación del modelo de negocio . Es cuando nos encontramos solos, ya que la empresa no puede pagar por necesidades y difícilmente podemos disponer de todas estas aptitudes.


La pregunta que entonces se plantea es ¿Cómo debemos hacerlo para acercar a nuestro proyecto el equipo necesario para desarrollarlo? La respuesta no es sencilla, pero nos sirve para empezar.


Hay tres principios básicos que debes cumplir para llevar a cabo con éxito esta búsqueda:


  • Tener claros los perfiles necesarios para acompañarte. Para esto te será de mucha utilidad el DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Entre las tres primeras podrás encontrar cuáles son tus puntos fuertes y tus puntos débiles para enfilar el proyecto
  • Una vez los tengas definidos y dispongas de uno o varios perfiles que se ajusten a tu interés, será imprescindible ponerte en modo de búsqueda activa de posibles aspirantes a cumplir con éste perfil. Es importante en este punto que los posibles aspirantes que contactes tengan interés de escucharte
  • En tercer lugar y posiblemente la más importante tu convencimiento y seguridad de poder explicarlo con solidez, claridad, convencimiento y por qué no, pasión,  a una tercera persona. Esto demostrará que conoces los detalles, dominas el escenario en el que trabajas y tienes bien asimilado el proyecto, por lo que transmites confianza.

En muchos casos  nuestro factor limitante para, ya no solo encontrar, si no para lanzarnos a buscar un compañero de aventura es nuestra falta de seguridad en nosotros mismos, ya sea por no disponer de los suficientes argumentos sobre las posibilidades del proyecto o por la falta de confianza que tenemos en el modelo de negocio planteado.Un error habitual al plantear nuestro proyecto a terceras personas es entretenernos mucho dando detalles del producto o servicio en vez de poner el énfasis en nuestra propuesta de valor frente a lo existente y en como lo haremos para llegar lo más rápidamente posible de la idea que compartimos a la posibilidad de convertirla en dinero.


martes, 9 de junio de 2020


Algo en lo que pensar



Esta es una frase que refleja lo que algunos piensan desde muy temprana edad y otros lamentan no haberlo pensado cuando son adultos. Otros muchos, sencillamente no llegan a pensarlo nunca.

Los mal llamados "emprendedores" en el mundo de los negocios son personas con mentalidad de empresario que han hecho esta reflexión en algún momento de su trayecto vital.

En una situación en la que el cambio estructural producido por la  velocidad de implementación de la innovación, la tecnología y la globalización, resulta imprescindible repensar nuestros modelos de negocio. Estructuras que han funcionado durante muchos años, van a quedar rápidamente obsoletas fruto de las nuevas necesidades del mercado. En este momento dejaran hueco a nuevas oportunidades de mercado a las que deberemos atender partiendo de nuestro conocimiento adquirido.

Todos disponemos de habilidades obtenidas en las que podemos apoyar nuestro futuro, conocimientos que podremos emplearlos para mejorar los rendimientos de nuestro trabajo. Ahora es el momento de hacerlo. Es nuestra oportunidad para desarrollar ideas que siempre pensamos que podían tener éxito, pero no encontrábamos la razón definitiva de salir de nuestra zona de confort.



martes, 26 de mayo de 2020

LA VALORACIÓN PRE-MONEY Y POST-MONEY

Una de las cosas que más dudas nos genera cuando estamos finalizando nuestra primera parte del proyecto es la valoración de nuestro trabajo en el mismo. Aparecen dos conceptos desconocidos que sin duda son importantes y que denominamos Valor Pre-money y valor Post-money de nuestra empresa. Ambos están relacionados con el momento en que nuestra Start-Up ve la necesidad de financiación y nuestro primer inversor está a la vista.   Es posible que sepas cuánto dinero necesitas o simplemente que el inversor al contactar te diga cuanto está dispuesto a invertir en tu caso, pero posiblemente no sepas responder si te preguntan cuánto vale tu Start-Up.



Generalmente deberemos hacer una valoración basándonos en criterios objetivos, pero también deberemos utilizar algunos criterios subjetivos que permitan dar una valoración sobre lo que nosotros creemos que vale nuestra compañía. Deberemos ser optimistas y cautos, pero sobre todo disponer de argumentos que dominemos para argumentar
Es aquí donde nacen los dos términos del título:
Pre-Money: Es la cifra inicial, lo que consideramos que vale nuestra empresa antes de que entre el nuevo inversor. Post-Money: lo que la empresa pasa a valer una vez que el inversor ha realizado su aportación económica.

Este es el punto donde habitualmente nos encallamos. Puede que el inversor, ya nos dé resuelto parte del problema, siempre claro está, que aceptemos la propuesta en los términos que él indica.
A modo de ejemplo, si el inversor nos indica que desea realizar una aportación de 500.000 € por un 20 % del capital social. En este caso, él supone que el 100% de la sociedad valdrá 2.500.000 €. Ésta última cifra es la que se considera la valoración Post-Money. Para el cálculo de la valoración Pre Money solo habrá que restar a 2.500.000 € -500.000 € = 2.000.000 €.

En este caso, la discusión se centrará, como comentamos anteriormente, en si aceptamos los términos de la propuesta del inversor, puesto que podemos considerar que nuestra Start-Up tiene una valoración Pre-Money superior. Si fuera así intentaríamos negociar bajar el porcentaje del capital social que supondría los 500.000 € de inversor. Para lograrlo, habrá que tener habilidades negociadoras, pero también ayudará el hecho de acreditar que nuestra valoración Pre-Money (o en parte de la misma) se debe a que realmente se ha realizado ya previamente inversiones económicas demostrables.


¿Cuánto vale nuestra Start Up? 

Pero, ¿y si no es el inversor el que nos dice que desea invertir? Ésta es una de las principales preguntas que se hacen la mayoría de emprendedores en búsqueda de financiación.
Una Start Up puede incrementar su valor de forma progresiva si le agregas valor en cada una de las etapas, desde la fase idea (creando barreras de entrada), concepción (inversión en desarrollo de la idea con horas de programadores, dominios, etc.), seed capital (con las primeras aportaciones de capital de Family, Friends and Fools, pero sobre todo cuando tu producto o servicio está en la calle y generas las primeras ventas, los primeros contactos.

En primer lugar, cuidado, las ideas no son registrables. En cuanto los elementos a tener en cuenta en las fases iniciales para valorar tu Start-Up, están entre otros, los propios Fundadores (su experiencia, formación… su solidez), el potencial en el mercado, la competencia, la calidad del Business Plan trabajado, los acuerdos para- sociales, etc. Todo ayuda para que, en esta fase inicial, en la que el inversor tiene escasos o nulos criterios objetivos, apueste por el proyecto.

Lo que nos lleva a pensar que el tema de la valoración es un tanto subjetivo. Si no hay inversores interesados en la empresa y por el momento el cash flow es 0, ¿cómo calculas el valor de la empresa? ¿Cuánto vale una cuota de mercado de “clientes” que no pagan por tu servicio?

Efectivamente cuanto más temprana sea la fase en que desees valorar tu Start-Up, los criterios serán más subjetivos. Más adelante, podrá haber criterios objetivos como la facturación o el número de visitas, pero inicialmente deberán ser mucho más subjetivos y habrá que recurrir a criterios como el equipo implicado en el proyecto, el cumplimiento de las fases desarrolladas, en el business plan, la inexistencia en el mercado de un producto/servicio igual, lo innovador del proyecto y todo aquello a lo que la imaginación tenga acceso y pueda llegar al corazón del inversor.


lunes, 11 de mayo de 2020


Errores más comunes en el Plan de Negocio

Voy a intentar explicar de forma coloquial y sencilla algunos de los errores que cometemos como emprendedores al enfrentarnos a nuestro proyecto. No hay duda que no son los únicos, pero si son los más habituales y los que perjudican en mayor medida a la imagen del mismo.

El emprendedor tiende a enamorarse de su idea y deja de ser objetivo. 
Enamorarse de una idea no es malo, siempre que mantengamos la objetividad y el rigor analítico y de valoración. Tus inversores potenciales no sienten esa “pasión” por la idea y con una mala argumentación, pierdes posibilidades de financiación.


No se presenta la idea de una manera adecuada. 
El inversor espera ver un Plan deNegocio en el que se explique y se evalúe la idea que se presenta, así mismo, quiere ver un resumen ejecutivo, que no es más que un documento de 2 a 5 páginas que resume los aspectos esenciales del proyecto y su puesta en marcha (básicamente…el qué, cómo, a quién y cuánto)

No somos capaces de dotar de los argumentos y hechos objetivos la idea de Negocio que plantean. 
Imagínate que tu idea de negocio es montar un restaurante temático en una zona concreta. ¿Qué crees que pensaría nuestro Inversor si no te aportas datos objetivos como ticket medio en la zona, número de veces que la gente come fuera de casa, perfil de cliente que va a ese tipo de restaurante y sus hábitos etc…? Pensaría que tu Plan de Negocio está basado en hipótesis carentes de objetividad, esto te perjudicaría y lo descartaría.

¿Y si no eres capaz de explicar claramente de donde viene tus ventas? (comida, catering personalizado, venta de entradas, bebidas, venta de Merchandising etc.…) ¡Pues lo mismo, el inversor no invertiría en un negocio dónde no tenga claro de dónde viene el dinero… y a donde va!

Además, esto último nos lleva a perder argumentos a la hora de justificar las previsiones financieras y la rentabilidad esperada que es en definitiva uno de los puntos claves de análisis del potencial inversor.

Muchos emprendedores se centran única y exclusivamente en el producto. Ese es sólo uno de los puntos a examinar, pero nunca la justificación de un negocio. 
Piensa en un Ingeniero, enamorado de un producto que ha desarrollado y del cual tiene un prototipo. ¿Qué pensarías si de 20 minutos dedica 15 o más a tecnicismos y explicaciones del producto y no nos dice a quien se dirige o cómo va a hacer para venderlo? ¿Invertirías?

La mayoría de los inversores no lo harían. Hay cuatro temas básicos a responder: ¿Existe mercado?, ¿Qué hace diferencial a mi proyecto?, ¿Qué equipo lo va a gestionar y por qué es el más adecuado?, ¿Cuánto tengo que invertir y cómo lo voy a recuperar?

 Fíjate que después de estas cuatro preguntas, te preguntarás con razón. Ah y, por cierto, ¿cuál dices que era el producto?